martes, 27 de noviembre de 2018

Baños de bosque

El doctor Qing Li nos explica por qué el bosque nos sana y nos hace sentir bien, algo que él experimenta desde niño.


UN BOSQUE SERÁ MÁS CURATIVO CUANTO MÁS FRONDOSO SEA Y CUANTO MÁS VIEJOS SEAN LOS ÁRBOLES, PORQUE MÁS FITONCIDAS EXHALAN.

Mantén el contacto con la naturaleza. ¿Cuándo fue la última vez que paseaste por una arboleda o un bosque tan bonito que hizo que te pararas a admirarlo?

Pon a funcionar tus sentidos. En realidad es más que un paseo. Practicamos lo que en Japón llamamos «baño de bosque» o shinrin-yoku. Shinrin en japonés significa «bosque», y yoku significa «baño». Así pues, shinrin-yoku significa sumergirse en el ambiente del bosque o absorber el bosque a través de los sentidos. No es una forma de hacer ejercicio, ni de excursionismo, ni una especie de carrera. Se trata simplemente de estar en la naturaleza, conectar con ella a través de los cinco sentidos. Cuando estamos bajo techo, tendemos a usar solo dos sentidos: la vista y el oído. Es fuera donde percibimos el olor de las flores, el sabor del aire fresco. Es fuera donde vemos el color cambiante de los árboles, donde oímos el canto de los pájaros y pájaros y notamos la brisa sobre la piel. Y abriendo los sentidos podemos empezar a reconectar con el mundo natural. Formamos parte del mundo natural. Nuestros ritmos son los de la naturaleza. Cuando paseamos lentamente por el bosque, observando, oyendo, oliendo, saboreando y tocando, sincronizamos nuestros ritmos con los de la naturaleza.

El shinrin-yoku es un puente. Abre nuestros sentidos y crea un puente entre nosotros y el mundo natural. Y cuando estamos en armonía con el mundo natural, podemos empezar a curarnos. Nuestro sistema nervioso puede reiniciarse, nuestro cuerpo y nuestra mente pueden volver a su estado ideal, recuperar la sintonía con la naturaleza, renovarse y corregir sus defectos. Quizá nuestro paseo por el bosque no nos lleve muy lejos; sin embargo, al conectarnos con la naturaleza, el shinrin-yoku nos traslada y nos pone en contacto con nuestra propia esencia.

Pasamos demasiado tiempo encerrados Los europeos pasan el 90% de su tiempo en espacios interiores. ¿Y qué es lo que hacemos bajo techo? Pues sí, lo que piensas: miramos nuestras pantallas. En el Reino Unido la gente se pasa una media de ocho horas y 41 minutos pegada a sus aparatos electrónicos: más tiempo que durmiendo.

Y sufrimos «tecnoestrés». Y cuanto más tiempo pasamos con las nuevas tecnologías, más riesgo hay de que suframos las consecuencias.

Volver al presente, bajar el ritmo. La buena noticia es que solo pasar una pequeña cantidad de tiempo en la naturaleza puede producir un gran efecto en nuestra salud. Un baño de bosque de unas dos horas puede ayudarte eficazmente a desconectar de la tecnología y a bajar el ritmo. Te devolverá al presente, te desestresará y te relajará. Cuando conectas con la naturaleza a través de los cinco sentidos, empiezas a beneficiarte de los numerosos efectos positivos del bosque, del mundo natural.

-¿Qué ocurre en mi organismo cuando entro en contacto con el bosque?—Cuando nos adentramos en el bosque nos tranquilizamos a través de los cinco sentidos. Usando la vista, contemplamos el paisaje maravilloso: el color verde de los árboles, el brillo de sus copas, sus flores, de diferentes tonos, las mariposas e insectos... A través de los oídos escuchamos el canto de los pájaros o el sonido del viento. Por la nariz respiramos el aire puro y los aromas del bosque, ricos en fitoncidas, sustancias volátiles enormemente positivas para nuestra salud, y con las manos tocamos los árboles, el musgo, los helechos, la hierba verde... y con los pies, el agua fría del río, sintiéndonos más vitales. Toda esta actividad nos calma, relaja y libera del estrés.

 -¿Los efectos son bioquímicos? —Un baño de bosque de una duración de entre 2 y 4 horas durante dos días puede aumentar la actividad de nuestros glóbulos blancos en un 40% durante los siguientes 30 días. Además de poseer una concentración de oxígeno mayor, el aire del bosque está lleno de fitoncidas, unos compuestos volátiles que protegen a los árboles de las bacterias, de los insectos y de los hongos.

-¿Cómo actúan estas sustancias?—Algunos de los más importantes son el alfa-pineno, el beta-pineno y el d-limoneno. Los fitoncidas aumentan el número y la actividad de las células humanas defensivas natural killer y potencian la actividad de las proteínas anticancerígenas. Además se reducen los niveles de hormonas del estrés, aumentan las horas de sueño y se reducen los marcadores de ansiedad, ira, fatiga y confusión. Otras investigaciones han puesto de manifiesto que los baños de bosque rebajan signifi­cativamente la tensión arterial y la frecuencia cardiaca.

 -En su libro hace referencia a la Mycobacterium vaccae, una bacteria que se halla en la tierra y que estimula el sistema inmunitario. —Este es un estudio de la doctora Mary O'Brien, oncóloga del Royal Marsden Hospital de Londres. La doctora O'Brien estaba realizando un experimento para ver si una inyección de M. Vaccae potenciaba el sistema inmunitario de los pacientes con cáncer de pulmón y comprobó que esta bacteria funciona como un antidepresivo, mejorando la calidad de vida emocional, haciéndonos sentir más animados. Estos microbios que s encuentran en la tierra, y que respiramos al pasear por el bosque, estimulan nuestro sistema inmunitario.