El ATP es la fuente inmediata de
energía para producir la contracción muscular y se obtiene a través de tres
rutas o vías metabólicas, las dos primeras de naturaleza anaeróbica (sin
presencia de oxígeno) y la tercera aeróbica.
1. Sistema de los fosfágenos o vía anaeróbica aláctica
2. Glucolisis anaeróbica o vía anaeróbica láctica
3. Vía aeróbica u oxidativa
Sistema de los Fosfágenos ATP – PC
Es el sistema de aporte energético más inmediato
cuando se inicia una actividad física, se obtiene energía sin necesidad de oxígeno
y sin producir sustancias residuales.
La célula muscular al iniciar el trabajo “echa
mano” en primer lugar del ATP que se encuentra en el músculo para obtener la
energía necesaria para la contracción sin embargo la cantidad de ATP muscular
es muy pequeña (5 – 6 milimoles / Kg. músculo fresco ) y solo permite realizar
un trabajo intenso durante 6 segundos. Inmediatamente después el músculo
resintetiza el ATP a partir de otro compuesto que está en el músculo llamado
Fosfocreatina que pierde el grupo fosfato pasando a Creatina.
La cantidad de Fosfocreatina muscular también es
pequeña (16 mili moles / Kg. de músculo) y permite aportar E. para mantener el
ejercicio hasta 25 ó 30 segundos.
Esta ruta metabólica se realiza en el citoplasma,
tiene un rendimiento de 2 moléculas de ATP por cada molécula de glucosa y como
producto desecho se libera ácido láctico, que se acumula en músculo y sangre
provocando una gran fatiga muscular.
Este sistema se utiliza entre los 30 segundos y los
2 – 3 minutos de trabajo intenso.
Vía Aeróbica u Oxidativa
Los nutrientes, sobre todo glúcidos y lípidos, las
proteínas solo en casos excepcionales se degradan hasta Acetil coenzima A y se
introducen en la mitocondria donde se inicia una ruta metabólica en la que es
imprescindible la presencia de oxígeno y en la que los nutrientes se
descomponen hasta CO2 y H2 O y se obtienen en total 38
moléculas de ATP si el combustible es la glucosa y bastantes más si se utiliza
un ácido graso por ej. 135 ATP si se degrada el ac. palmítico.
La producción de energía mediante esta vía se
inicia cuando empieza el ejercicio pero no se completa hasta tres minutos
después, aunque puede continuar mientras duren los nutrientes y llegue
suficiente oxígeno a las células. Mientras el músculo consume energía la va
reponiendo continuamente y se puede mantener el esfuerzo durante mucho tiempo
dado que los productos de desecho son completamente inocuos para la célula (CO2
que se elimina por la respiración y agua que es un componente celular). Es la
vía de aporte energético única para ejercicios prolongados que superen los 3
minutos de duración.